Según la organización Greenpeace, la Ciudad de México es la quinta urbe más contaminada del planeta. Un dato del que lamentablemente la resignación o cotidianidad nos hace perder de vista su dimensión real. La también llamada CDMX sólo es superada en mala calidad del aire por Tokio (Japón), Delhi (India), Shanghái (China) y Sao Paulo (Brasil).
Sin embargo, hay esperanza, que a la vez nos obliga a tomar conciencia y adquirir responsabilidad, estamos hablando de los “pulmones” de la urbe, como lo son el Bosque de Chapultepec, los viveros de Coyoacán, el Desierto de los Leones, el Bosque de San Juan de Aragón o Los Dinamos.
Todos estos lugares poseen una importancia vital para los capitalinos quienes debemos mantenerlos sanos para que sigan proporcionando oxígeno.
En el caso del sur de la ciudad, en particular en la delegación Tlalpan, existe también un lugar que ofrece la oportunidad de acercarnos al medio natural que se caracteriza por ser el segundo punto más alto del Valle de México con 3,880 m sobre el nivel del mar. Estamos hablando del “Pico del Águila”, que se levanta en la región conocida como “El Ajusco”, vocablo de origen náhuatl que quiere decir “floresta de aguas” o “lugar donde abunda el agua y las flores”.
Retomando el tema de la contaminación, cabe mencionar que, precisamente el consecuente aumento de la temperatura ha afectado a uno de los puntos que también hacía famoso a este lugar: era la oportunidad de que los habitantes de México pudieran conocer la nieve, ya que tiene la altitud que permite la aparición de ésta en invierno.
Pese a todo, aún es posible ver su cima blanca en épocas de frío y se puede encontrar actividades organizadas y planificadas como caminatas o excursiones para disfrutar este oasis verde y también para conocer más del mismo y contribuir a protegerlo.
Un comentario
En invierno llegaba a caer nieve en la parte más alta pero con el calentamiento global esto se ya reducido. Hay que ser responsables respecto a la contaminación para cuidar estos santuarios naturales que sobreviven